Con objeto de detectar aspectos pendientes de corrección en la fase previa a la recepción de la obra, se realiza por técnicos especialistas una minuciosa y pormenarizada inspección a la totalidad de la obra en la que se verifica el grado de terminación de los acabados interiores detectando defectos de ejecución o aspectos pendientes de subsanación.
El resultado de la inspección se refleja en un detallado informe que sirve posteriormente de guía para la verificación de la corrección de los aspectos observados y garantizar así la calidad final de la edificación.